La noticia del cierre de Granfort es un golpe tremendo al tejido productivo local. La situación venía coleando desde hacía algunos años, a pesar del buen hacer de los trabajadores y trabajadoras, que en todo momento se adaptaron y negociaron las distintas opciones que se les planteaba, algo que, finalmente, no ha servido para impedir el cierre de la empresa. Lo verdaderamente duro es que 250 personas más van a engrosar las listas del paro, a pesar de haber realizado su labor lo mejor posible. Por lo tanto, la responsabilidad no recae en los trabajadores, sino en los gestores. Cambios de dirección, accionariado no especializado en el sector y un…