La recuperación de estos terrenos, su señalización y mantenimiento, podría revitalizar el empleo verde en Yecla
Desde la segunda mitad del siglo XIX, y fruto de los procesos de desamortización y posterior enajenación y sutracción de gran parte de los montes comunales de Yecla, la apropiación de particulares de estos terrenos como propios, de forma oscura e ilegítima, produjo una pérdida sustancial de los bienes que disfrutaban los vecinos de la entonces Villa de Yecla, que acarrearon situaciones de penuria y quedando en posición privilegiada solo el Estado y un puñado de familias.
Este proceso provocó que la mayoría de los montes y terrenos enajenados quedaran en manos particulares y acabaran en el olvido de la administración local, que tampoco reclamó aquellas partes de monte que no fueron sustraídas del bien común.
En los años 70, coincidiendo con los primeros años de la democracia, se realizó un amplio catálogo de los montes que todavía estaban escriturados a nombre del Ayuntamiento de Yecla y se comenzaron a señalizar (deslindar) -por la Sierra del Príncipe y el Cerro de las Trancas-, consiguiendo incluso una Orden Ministerial que otorgaba la libre disposición del Ayuntamiento de Yecla del terreno escriturado.
Son varias decenas los terrenos de montes, ya sean completos o parciales, que están escriturados a nombre del Ayuntamiento y que no están delimitados, quedando sin uso, aprovechamiento ni conservación, aun pudiendo ser muchos de ellos de gran valor ecológico. El desconocimiento de los lindes de estos terrenos podría llevar a confusiones por parte de particulares que comparten la propiedad de los montes en cuestión y provocar un aprovechamiento ilegítimo, por lo que surge la necesidad de resolver esa línea divisoria.
La legislación española ofrece procedimientos especiales para el deslinde, complementados con publicidad registral eficaz. Además, esta acción debería ir acompañada de la marca física de estos límites (o amojonamiento) sobre el terreno.
En España, hay casos en que los montes comunales enajenados de forma arbitraria, han vuelto a sus legítimos dueños, el común de los vecinos, a través de procesos judiciales emprendidos por los ayuntamientos afectados. Es necesario preparar la documentación y compilar experiencias para abordar esta posibilidad desde el ayuntamiento de Yecla. Este proceso conlleva años de trabajo y esfuerzo, pero proporcionaría al Ayuntamiento la capacidad de ordenar y conducir el uso de estos montes que robaron al pueblo de Yecla hace siglo y medio.
Estamos hablando de recuperar montes y espacios hoy en proceso de destrucción por canteras, roturaciones, vallados, etc. de las que el ayuntamiento y por consiguiente las yeclanas y yeclanos no perciben beneficio alguno.
Se trata de la gestión directa de muchas hectáreas de terreno forestal que albergan gran patrimonio ecológico y natural, que a su vez pueden crear puestos de trabajo y diversificar la economía yeclana apostando por el empleo verde.
Por todo ello proponemos al pleno del ayuntamiento que elabore un plan de actuación progresivo para iniciar este proceso de señalización o deslinde, pero que no sea superior a cinco años. Asimismo, proponemos que el trabajo se divida en tres fases:
- La primera, deslindar y amojonar (señalizar físicamente con mojones) todos los terrenos escriturados a nombre del ayuntamiento de Yecla.
- En segundo término, recurriendo a la documentación existente, seguir el mismo proceso con aquellas partes de montes comunales que no fueron enajenadas o sustraídas, pero que por desidia o falta de actuación se dejaron al alcance de manos privadas.
- Y una tercera fase de recuperación de los terrenos que en su día fueron comunales y posteriormente enajenados y vendidos de forma ilegal, procediendo a su deslinde y amojonamiento. Para ello, cabe recabar información de otros ayuntamientos que han recurrido judicialmente estas ventas ilícitas, obteniendo resultados positivos.
Además, solicitamos que se elabore un estudio de viabilidad, aprovechamiento y conservación de estos espacios, encaminado a la creación del empleo verde y que se dote de una partida económica para que las acciones propuestas empiecen a llevarse a cabo cuanto antes.